Capitanes y alféreces fueron aclamados por el numeroso público

Hubo momentos de intensa emotividad en la presentación de los protagonistas

LOS CARGOS FESTEROS 2010

VICENT CORTÉS: El capitán de los Andaluces supo lo que era vestirse de festero cuando contaba 3 años, y desde entonces ha pasado su vida entera en la filà. Comenta que su bautismo festero llegó en el año 59, cuando le ofrecieron la posibilidad de salir a la diana y de sumarse al disparo. Y a pesar de que al casarse se fue a residir fuera de Alcoy, jamás se ha perdido la cita festera: sólo se saltó un Dia dels Trons, por motivos laborales. Fue su mujer quien le propuso la capitanía, que afronta con total ilusión.

MIGUEL GIMÉNEZ: Festero desde que tenía 4 meses, cuando ya salió a la Entrada vestido de ‘maseret’. No fue hasta 1960 cuando empezó a salir en los Marrakesch, y desde entonces no ha fallado nunca a su cita con la Festa, a excepción del servicio militar y algún luto. A pesar de que desde finales de los sesenta reside fuera de Alcoy, sigue totalmente vinculado a su filà; incluso, sus tres hijos pertenecen a los Marrakesch. Ahora afronta una capitanía que dedica a su esposa, fallecida en 2003.

JUAN CARLOS ANDUIX El alférez de la Creueta se incorporó a la filà hace catorce años, saliendo al boato del anterior alférez. Acudía a diversas citas festeras, puesto que tenía muchos amigos en los Asturianos, si bien no se vistió hasta aquel boato. Eso sí, la Festa le entró con fuerza, porque al año siguiente ‘creuava’ y desde entonces ha sido un festero fiel, hasta el punto de dar el paso para asumir la alferecía, con el apoyo de su familia y sus amigos: saldrá acompañado por 22 caballeros y 24 mujeres.

JUAN PEDRÓS Su incorporación a la Festa se hizo efectiva hace 36 años: tenía amistades en los Realistas y decidió sumarse a la filà, iniciando una trayectoria que le ha llevado a participar activamente. Ha sido gloriero y ha salido a dos escuadras especiales, y cuando se planteó quién asumiría la alferecía de 2010, el ánimo de sus amigos y su familia le empujó a hacerse adelante. Serán sus amigos los caballeros, mientras que su mujer e hijos, que viven con gran ilusión el cargo, le acompañarán en el boato.